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Sergio Eguía
Miércoles, 8 de abril 2015, 08:33
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Si eres de los que sigue 'El Ministerio del Tiempo', ya sabes lo que pasa en Huesca. El frío pirenaico es lo que depara el destino a los que no se han comportado como el equipo esperaba de ellos. No es que este sea el caso concreto de Devon van Oostrum, aunque parece que el exilio forzado, que va este año por su cuarta escala, está logrando centrar a la eterna perla de la cantera azulgrana. Y es que nadie puede negar el talento natural del británico, su facilidad para el juego y hasta un cierto carisma en la cancha. El problema viene porque a fuerza de retrasarse su explosión, la joya del baloncesto inglés pierde precio, con el consiguiente riesgo de quedarse solo en piedra. Algo que parece comenzar a cambiar en el Peñas Huesca, equipo de la Adecco Oro con el que ya ha completado diez encuentros.
Esta semana, Van Oostrum ha sido elegido como base de la jornada en la segunda división española. Los números avalan la decisión. Ante el Melilla, el playmaker se fue a los 25 de valoración con 20 puntos (5/6 triples), y 5 asistencias. Además capturó 2 rebotes, recuperó un balón y recibió 3 faltas. Bravo por un joven valor al que muchos quieren ver brillar en el Buesa y que solo por la vía de la estadística, notable y continuada, se ganará el puesto de director en Vitoria. En el total de su periplo oscense, Van Oostrum oposita al sobrenombre del chico 10. En diez partidos promedia diez puntos (10,5) y diez (10,7) de valoración. A lo que hay que sumar cinco asistencias (4,7) y dos rebotes. Mención especial el porvcentaje superior al 47% en el acierto desde la línea del triple. Lástima que se vea lastrado por un bajo 36% en tiros de dos y un paupérrimo para un base 62% en libres.
25 minutos por partido
Van Oostrum vuelve a llamar la atención en un conjunto en el que el entrenador reparte mucho el tiempo de juego entre sus tres timoneles. De hecho, tanto Van Oostrum (25 minutos de media) como sus compañeros Josep Pérez (20') y Jorge Sanz (23') mantienen números similares. Con 10, 10 y 7 puntos por partido respectivamente y 10,7; 10,1 y 9,4 de valoración está claro que la competencia es dura. Lo que es bueno.
Quim Costa, base ilustre del Barcelona de los 80, mejor defensor ACB en dos ocasiones, y habitual segundo del maestro Aíto García Reneses en los banquillos hasta que comenzó a volar solo, parece logra encauzar el torrente de baloncesto que posee el inglés. No será casualidad que otra de las grandes promesas del baloncesto vasco, Dario Brizuela, esté también en las instalaciones de Huesca.
Las puertas del Ministerio del Tiempo permiten viajar adelante y atrás en la historia. La que tiene que abrir los canteranos con los que trabaja el Peñas les debe llevar a un futuro ACB lleno de luces. Primero, tendrán que derribarla haciendo que esos 25 de valoración de su décimo partido se conviertan en una constante. Claro que solo quedan dos partidos de liga. Con el Baskonia tiene contrato hasta 2017. Bien podría hacer otro curso de catárquica recuperación a las órdenes de Costa para olvidar los constantes cambios de colegio de esta temporada -Cibona (cinco encuentros promediando 2.2 puntos, 1.8 rebotes y una asistencia); el Kouvot finlandés (seis partidos con medias de 4.7 puntos, 1.7 rebotes y 1.7 asistencias); y Leeds Force donde solo aguantó un buen partido (16 puntos y 6 asistencias)- antes de regresar a casa. O hacerlo este verano. Las plazas de base en el Laboral Kutxa, oficialmente, no están cerradas. James y Adams son dos ametralladoras que han encandilan o desquician al público, según de dónde sople el viento.
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