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La plantilla del Baskonia se hace el selfi más esperado, el que les lleva a Berlín.
El Baskonia, ¡a la Final Four!

El Baskonia, ¡a la Final Four!

El Laboral Kutxa, pleno de fe, se lleva la victoria en el infierno griego del OAKA y tumba a Panathinaikos con un 3-0 en una serie que será recordada como otras grandes gestas europeas del club. Fenerbahce, primer rival en Berlín

Olga Jiménez

Martes, 19 de abril 2016, 16:09

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En una gesta sin parangón reciente, el Laboral Kutxa ha tumbado a Panathinaikos por la vía rápida, con un 3-0 memorable que se recordará igual que no se borran del imaginario colectivo los éxitos deportivos de aquel Baskonia de Benett, Scola, Nocioni, Prigioni o Splitter. Nadie olvidará esta mágica serie contra el potente cuadro griego, que ha quedado resuelta este martes en el infierno del OAKA con otro asalto brillante del club azulgrana a un todopoderoso del continente. Ya lo hizo hace 10 años y lo ha repetido ahora. En aquel momento el destino fue la Final Four de Praga; ahora el rumbo es hacia Berlín, donde el Baskonia se ha presentado por méritos propios y donde parece candidato a todo. Su primer rival será Fenerbahce, que ha arrollado al REal Madrid, vigente campeón, con otro 3-0.

El baskonismo se pellizca este miércoles para comprobar que no está soñando. El cuadro de Velimir Perasovic, pleno de fe, ha dejado pequeños todos los objetivos que se ha ido marcando en la competición continental, hasta llegar al mayor de todos ellos. La final a cuatro de Berlín de donde saldrá a mediados de mayo el campeón continental, el último con el actual formato. La Euroliga seguirá y el Baskonia estará en ella, porque a nadie en su sano juicio se le ocurriría poner pegas a un equipo que ha demostrado tanto en el ámbito europeo. Y no solo eso, sino al máximo nivel, al reservado para equipos de elevados presupuestos que representan a grandes capitales como Madrid, Estambul, Barcelona, Atenas o Moscú.

El Oaka volvió a ser el escenario de la coronación europea baskonista. El equipo vitoriano no quiso alargar la eliminatoria y plantó en el parqué ateniense todas las virtudes que le han convertido en la gran sensación de esta Euroliga. Perasovic y sus guerreros devuelven al club la grandeza de los años dorados, con menos efectivos, sin Shengelia, Hanga ni Causeur, pero con un gen ganador que ha demostrado que no solo con estrellas se hacen grandes equipos. El Baskonia se sentía preparado para aguantar la presión de la caldera griega, con un OAKA hasta la bandera. Se esperaba un feroz Panathinaikos que quiso con faltas y defensa agresiva torpedear el juego baskonista. Los de Perasovic aguantaban el pulso, sumando desde el tiro libre y no perdiendo el rumbo para cerrar el primer capítulo por delante (17-20).

El recurso de dos bases en el segundo cuarto daba sus frutos. La presencia de Bertans con Corbacho, ambos jugando de tres y un equipo pequeño, dio fluidez al juego vitoriano. Con ritmo y dominio del juego, el ir por delante y sentirse cómodo abrió ya una primer renta importante tras dos triples consecutivos, Corbacho y James y la eficacia en el tiro libre de Bertans colocaba un 28-38 en el feudo ateniense. Sin abusar del poste bajo con Bourousis, los vitorianos diversificaban su ataque sorprendiendo a los griegos. Djorjevic rotaba su banquillo, sin encontrar un quinteto fiable. Solo a ráfagas, con canastas aisladas de Fotsis o un triple de Diamantidis al filo del descanso colocaban el 37 -42. Baskonia cuidaba los detalles, con pocas perdidas, tan solo tres en 20 minutos. El único pero, la vulnerabilidad en el rebote, con 40 capturas para los griegos y 26 para los vitorianos. Y con Causeur y Hanga de espectadores en el banquillo. Mucho que mejorar en un Panathinaikos discontinuo y quizás algo plano en su juego.

Aprieta Panathinaikos

Con un triple de Radulijca iniciaba el Panathinaikos el primer cuarto para apretar el marcador (40-44). La clave era no perder los nervios y el experimentado en estas batallas parecía el Baskonia. Una canasta de Bourousis en los dos primeros minutos, con poca productividad vitoriana pero sin conceder tampoco puntos a los locales. Había que ajustarse y reencontrarse con las sensaciones del segundo período. Llegaba el empate en el marcador (44-44) de la mano de Willians y el ruido atronador de la afición que veían opciones de alargar la eliminatoria. Y siempre en momento de atasco, aparece Bourousis con una canasta de libro en la zona, respondida por Raduljica (46-46). James y Bertans, la pareja de la noche, sumaban en accione individuales. Panathinaikos no lograba ponerse por delante, una barrera psicológica que jugaba a favor de los de Perasovic. El mejor porcentaje en tiro de dos, mantenía a los vitorianos sólidos y sin descomponerse. Una paciencia trabajada desde la templanza de todo el colectivo, aunque una canasta de Diamantidis, para euforia del público, colocara por delante, después de muchos minutos al equipo del trébol (53-52, minuto 28).

Baskonia sufría con poca claridad ofensiva, pero sumando desde el rebote tras errores en los tiros griegos. Los secundarios Planinic y Corbacho, cumplían a la perfección su papel, dando oxígeno, con cuatro puntos de mérito del croata en la pintura para cerrar por delante el tercer acto (55-56). El Baskonia había soportado 30 minutos en el infierno, pero estaba vivo para afrontar otro posible 'Oakazo'.

Genialidades

Panathinaikos dependía de la genialidad de Diamantidis. Baskonia de la mano caliente de Adams, que emergía cuando más le necesitaba el equipo, con seis puntos consecutivos (59-64. minuto 33). Los minutos de la responsabilidad, donde jugadores sin miedo son capaces de callar al Oaka. Apretaban los alaveses, dosificando esfuerzos y sufrimientos. Llegaba la hora del festival del triple, primero Corbacho, después James, otro de Adams (63-72, minuto 36). Gist anotaba el suyo. Baskonia no debía perder la paciencia ni intensidad defensiva, pero su debe en el rebote regalaba cinco puntos a los helenos para, aunque a rebufo, seguir en partido (68-72). Adams seguía viendo el aro muy grande, con otro triple de su «bendita locura» para devolver la renta de siete puntos (68-75, minuto 37). El esfuerzo defensivo engrandecía a este Baskonia titánico, que de la mano de Bourosis con un triple ponía a los vitorianos en la puerta de Brandemburgo (68-75, minuto 38). Baskonia vislumbraba Berlín con deseo y merecimiento. James sumaba dos triples de partido, robando con otro zarpazo la suerte de los del trébol. Con 73-84 no se podía escapar el sueño. El público del Oaka se rendía a la superioridad baskonista y a su gran estrella, Diamantidis en una despedida amarga para el mítico jugador. La gloria de un equipo, la fe de un grupo que buscaba su Final Four y se la encontraba con un contundente 3-0. Berlín ya espera el aterrizaje de un equipo que recupera su grandeza.

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