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De Colo conduce al CSKA por el camino de la lógica
Euroliga | FINAL FOUR

De Colo conduce al CSKA por el camino de la lógica

El galo sofocó cualquier intento de rebelión de un orgulloso Lokomotiv para permitir a su equipo manejar la renta inicial con comodidad

Iñigo Miñón

Viernes, 13 de mayo 2016, 15:51

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El CSKA cumplió con los pronósticos que le señalaban como favorito en la primera semifinal para alcanzar su primera final de la Euroliga en cuatro años, desde 2012. Si entonces mandaba Kirilenko, ahora lo hace De Colo, que gobernó el duelo ruso con talento y puntos (30) para sofocar cualquier intento de rebeldía del Lokomotiv que pudiera hacer peligrar la renta inicial conseguida por los moscovitas en un buen arranque de partido. Tiró de orgullo después el Kuban para tratar de apretar el marcador y lo logró por momentos, pero la sensación global fue que el CSKA jugó con sus rentas y dominó más de lo que dice el resultado final (88-81).

El inicio invitaba a pensar en un partido plácido para el equipo moscovita. 9-0 para el favorito. Nervioso el Lokomotiv, seguro el CSKA, al ritmo del flamante MVP de la Euroliga. Al equipo de Krasnodar le costó sacudirse la novatada los más de tres minutos que tardó Delaney en anotar la primera canasta. El base norteamericano quería tirar de su equipo, pero la defensa moscovita incomodaba demasiado a los de Bartzokas, que no alcanzaban la continuidad necesaria para poder enjuagar esa desventaja inicial (23-12 al descanso).

Delaney primero y Draper después trataban de aguantar, apoyados en los rebotes ofensivos de un Claver poco inspirado de cara al aro. Y el Lokomotiv hacía la goma en el marcador, pero sin excesiva convicción. El CSKA estaba siendo mejor en las dos canastas. Si descansaba De Colo, aparecía Fridzon. Y, si no, Vorontsevich o Hines. Al descanso aún había partido (47-37), pero en sensaciones la diferencia se antojaba bastante mayor.

Y en la reanudación se dedicó a manejar esa ventaja. Si sus quince puntos de renta (52-37) se quedaban en siete (52-45), volvía a apretar hasta la comodidad de los trece (58-45). En esos parámetros se movió un tercer cuarto en el que Delaney intentaba mantener a flote a los suyos, apoyado esta vez en Randolph. Y si el orgullo del Lokomotiv, sujetado por los puntos de su base, apretaban el marcador (60-54), ahí estaba el galo para poner orden y mantener al CSKA en su franja de seguridad. Firmó trece puntos en el tercer cuarto, que acabó, pese a todo, con el partido numéricamente vivo gracias a un lejano triple de Draper sobre la bocina 68-59.

Arreón final de Delaney

Mandaba el CSKA, pero el Lokomovit estaba dispuesto a exigirle un último esfuerzo para darle el certificado de la victoria. Tampoco parecía peligrar. La oposición no estaba siendo real. Y en el último cuarto la escuadra de Itoudis aparcó la dosificación para intentar dar carpetazo al asunto por la vía rápida. 16 de ventaja en tres minutos (78-62). Aún le quedaba una vida extra al Kuban. El último arreón de Malcolm Delaney insufló a su equipo un último aliento para agonizar con dignidad. Pero era tarde, el oxígeno se le había escapado tiempo antes.

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