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Anadolu Efes - Baskonia | Euroliga Jornada 15: El dúo dinámico doblega al Baskonia
Anadolu Efes - Baskonia | Euroliga Jornada 15

El dúo dinámico doblega al Baskonia

El equipo vitoriano compite a buen nivel durante tres cuartos para claudicar en el último ante la gran plantilla del campeón

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Martes, 14 de diciembre 2021, 18:00

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Al Baskonia le sobró este martes el último cuarto para amenazar de verdad al vigente ganador de la Euroliga durante la primera escala de su pasión turca, la que continuará mañana en la parte asiática de esta ciudad con dos continentes. Una lástima que el equipo vitoriano no estirase su gen competitivo hasta incluir en la pugna el último acto, en el que la excelente plantilla del Anadolu Efes superó sin atenuantes a un rival muy digno durante las tres primeras entregas y poroso al final en la defensa de su desguarnecido aro.

Anadolu Efes

Larkin (16), Beaubois (7), Bryant (2), Moerman (15) y Dunston (-) --quinteto inicial--; Simon (-), Pleiss (17), Micic (24), Anderson (-), Singleton (-) y Petrusev (6).

87

-

72

Bitci Baskonia

Granger (17), Baldwin IV (10), Sedekerskis (8), Giedraitis (5) y Enoch (5) --quinteto inicial--; Peters (9), Fontecchio (17), Costello (-), Nnoko (1) y Kurucs (-).

  • Árbitro: Pukl, Panther y Kowalski. Sin eliminados.

  • Pabellón: Sinan Erdem Spor Salonu. 9.617 espectadores.

Una pena que la previsible actuación estelar del dúo dinámico (Larkin y Micic, merecidísimo MVP del último torneo) cosiera primero al cuadro local frente a un bloque azulgrana dominador casi hasta el descanso. Consecuencia, desde luego, de una puesta en escena visitante seria, comprometida, dinámica y evocadora de aquellas aristas que convertían al Baskonia en un poliedro cortante. El 13-21 de los diez minutos iniciales cuadraba con lo visto sobre la cancha. Y, de paso, se supone que la afición alavesa agradecía a Ergin Ataman entre dientes que mantuviese inactivo a Micic tanto tiempo. Porque entró el jefe de pista, miró el complicado panorama y decidió lo de siempre, que él se encargaría de gobernar el partido.

Un encuentro que el cuadro de Neven Spahija controlaba con una notable contención inaugural a los mandos de Sedekerskis, dos canastas de Enoch -mucho talento en ataque, otro tanto que mejorar atrás- y el juego al poste del Fontecchio que se espera. Ese alero completo, de lanzamiento preciso y herramientas de sobra para las ñapas domésticas que se tercien.

Antes de que el líder local ingresara en la pista, la otra mitad de la parejita se movía con cierta sordina. Pero en cuanto ambos firmaron la alianza que ha encumbrado al Efes como el mejor equipo de la Euroliga las dos últimas campañas -la pandemia le privó probablemente del primer título- el duelo discurrió por los raíles de un equilibrio despedazado al comienzo del último cuarto. En plena crecida turca, el Baskonia se agarraba al parqué con los triples de Granger ¡y de Lamar Peters!, pero el conjunto de Ataman ya unía el talento de su soberbio plantel a un concepto colectivo un tanto extraviado esta temporada en la que el grupo no rendía como aquella armónica máquina de precisión.

Se podrá aducir que hay mejores maneras de restar veneno a la lengua bífida y exterior del Anadolu, claro, pero convendremos también en que el dúo resulta poco menos que incontenible. Qué nada necesita Micic, o con qué facilidad ve el baloncesto, para herir a conciencia sin necesidad de provocar hemorragias: un bloqueíto directo en la cabecera para levantarse de tres, sus dúctiles 'slaloms' de esquí con arabescos y piruetas hasta meter la canasta o extraer el petróleo de las faltas, ojo en el reparto de la correspondencia... Y si al lado tiene a Larkin, la efervescencia encarnada en base 'guindilla' y ejecutor, pues ganan dan de apagar la luz e irse con la bola a Asia. Ahí al lado.

No lo hizo el Baskonia, al que se le debe valorar la entereza anímica de retornar al duelo cuando el conjunto estambulí amagó con su primera fuga (51-43, minuto 22). El famoso combo con residencia en Turquía ya asegura de por sí una porción importante de éxitos, pero un grupo vencedor necesita otras armas suplementarias. Y el titubeante Anadolu de este ejercicio las tiene de sobra. A ratos reverdeció su célebre movimiento de la pelota que santifica el pase de más y, sobre todo tras el descanso, demostró que el baloncesto moderno ya hace tiempo que requiere pívots abiertos. Y es que Moerman y el 'ex' Pleiss causaron heridas de pronóstico más que reservado con sus lanzamientos lejanos y las paredes futbolísticas bajo el aro vitoriano, cuando el grupo de Spahija cedió demasiados rebotes defensivos y cayó en la cuenta de que requiere mayor dureza defensiva de sus grandotes bajo el tablero.

Treinta minutos aguantó la resistencia competitiva azulgrana (66-62) a base de rentabilizar los puntos de Granger, la valiente puntería de Fontecchio y los palmeos de Sedekerskis. Pero se quedó varado a unos cuantos metros de la orilla, mirando las luces del muelle con la mano a modo de visera. Hubo dignidad, por supuesto, pero el grupo alavés pagó el peaje de dos 'ausencias' significativas, las de Giedraitis y Costello, de cuerpos presentes y almas este martes atormentadas. El jueves, segunda ruta de la pasión.

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