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Lunes, 25 de septiembre 2023, 10:22
Quizás sea todavía demasiado pronto para olvidar a Darius Thompson, pero el primer duelo liguero dejó clara la tendencia que puede marcar el arranque de temporada. En primer lugar, lo positivo: Cody Miller-McIntyre está dispuesto a tomar el timón del Baskonia como si capitaneara la tripulación desde chiquitito. Después, está la parte negativa: Nico Mannion debe ponerse desde ya a hincar los codos para recitar de carrerilla el decálogo del buen base en un equipo de la élite europea. Y mientras, todavía falta un base más por fichar, el que debe dar un salto de calidad, ese 'algo diferente' que quiere Peñarroya.
14 rebotes
son los que cazó Moneke. En total, el Baskonia atrapó 36, uno más que el Breogán.
El transcurrir de los partidos permitirá aclarar jerarquías y también ayudará a enterrar algunas dudas respecto al puesto de base azulgrana. De momento, en Lugo quedó claro quién es el que manda, que no es otro que el estadounidense con pasaporte búlgaro. Suyo fue el dominio del ritmo y de su visión de juego partió buena parte de la circulación de un Baskonia que ante el Breogán no siempre dominó el rebote, ingrediente clave para acelerar la transición.
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Condenado muchas veces al ataque estático, el plantel azulgrana encontró en McIntyre un guía eficaz. Lo suyo fue una primera muestra de capacidad asociativa que tampoco desdeñó las opciones anotadoras. En su primer choque como azulgrana firmó 14 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias y 18 de valoración. Números notables que fueron acompañados de un mensaje claro:'Si hace falta un base, aquí estoy yo'.
La firmeza de Mcintyre contrastó con la inseguridad de Nico Mannion, que terminó con un doliente -5 de valoración después de acaparar pérdidas de balón con o sin presión defensiva y llevarse unas cuantas broncas de Joan Peñarroya. Protagonizó un constante ir y venir del banquillo a la cancha que le impidió asentarse en el encuentro. Sin piernas para imponerse a sus pares y con el rostro de quien se ve desbordado por la tensión y el miedo a equivocarse.
El debate sobre los bases queda así abierto después de un primer duelo de actuaciones dispares. Mientras, Markus Howard mantuvo esa línea de anotador voraz que ya mostró la pasada campaña, aunque con una variante distintiva; su habilidad para doblar balones a otros compañeros en situaciones de ventaja. En el Pazo lucense, desató su capacidad para el lanzamiento lejano (5 de 8 en triples), pero también dejó 3 asistencias que pueden ser indicio de una faceta más solidaria en su juego.
El duelo dio para rendimientos dispares, algo lógico para un Baskonia de nuevo cuño. Debutó Khalifa Diop, pero le costó asentarse como 'cinco' de referencia. Titubeó el senegalés en su pulso con Mouhamet Diouf mientras Chima Moneke pedía los focos de manera constante. Una máquina dispuesta a empujar de manera constante el nigeriano, que logró atrapar 14 rebotes y se fue hasta una valoración sobresaliente de 21 tras anotar 10 puntos y repartir 4 asistencias.
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