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Bitci Baskonia - MoraBanc Andorra | Liga Endesa Jornada 11: Granger lidera el ansia de volver a la Copa

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IGOR MARTÍN
Bitci Baskonia - MoraBanc Andorra | Liga Endesa Jornada 11

Granger lidera el ansia de volver a la Copa

La soberbia actuación del uruguayo junto al renacido y liberado Baldwin certifican un triunfo imprescindible para pensar en Granada

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Domingo, 21 de noviembre 2021, 16:44

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A las ciudades de Vitoria y Granada las separan 768 kilómetros, pero durante la tarde incierta de este domingo hubo demasiados momentos en los que la distancia deportiva parecía mayor que la geográfica. Hablo del ansia, una obligación por la grandeza del club azulgrana, de regresar allá donde todo empezó. Escribo del retorno en febrero al pabellón andaluz bajo cuyo techo izó el primero de sus seis títulos del k.o. Y al regreso de los vestuarios (34-42) y casi mediado el último acto (61-66) flotó el fantasma de una incomparecencia alavesa a la reunión de las ilusiones efervescentes nada prevista al comienzo de la temporada.

Bitci Baskonia

Baldwin (20), Granger (24), Giedraitis (12), Sedekerskis (-) y Enoch (4) -cinco inicial-, Lamar Peters (1), Fontecchio (9), Nnoko (8), Marinkovic (3) y Kurucs (-).

83

-

77

MoraBanc Andorra

Hannah (16), Miller-Mcintyre (10), Jelinek (8), Noua (6) y Olumuyiwa (2) -cinco inicial-, Paulí (11), Nakic (-), Diagne (4), Llovet (2), Morgan (5), Arteaga (8) y Mekel (5).

  • PARCIALES. 23-17, 11-19, 23-17 y 26-24.

  • ÁRBITROS. Benjamín Jiménez, Raúl Zamorano y Vicente Martínez. Eliminaron por cinco faltas a Clevin Hannah (minuto 39). También señalaron una falta técnica al banquillo visitante (minuto 38).

  • INCIDENCIAS. Partido correspondiente a la Jornada 11 de la Liga Endesa disputado en el Buesa Arena de Vitoria ante 5.921 espectadores.

Desde luego que el Andorra no llegó al Buesa Arena para sellar un trámite. Perdió por la evidente mejoría local en algunas facetas fundamentales del juego -el rebote ofensivo y las recuperaciones que hablan de una actitud extraviada no hace tanto-, la puntería exterior y la caída del 'principesco' conjunto cuando el duelo enfilaba la recta hípica de tribunas. Pero, sobre todo, el cuadro ya de Neven Spahija se mantiene sobre los raíles de un tren con destino a la Alhambra -aún faltarán probablemente cuatro victorias en seis compromisos- por la soberbia actuación de Granger y las aportaciones del renacido y liberado Baldwin. Este es el base con ínfulas de escolta que la entidad importaba de Múnich, no el holograma desvaído y enojado con el mundo de siete semanas y media.

No resultó sencillo superar a un Andorra serio, cosido al encuentro con la categoría exterior de Hannah y McIntyre más el trabajo bajo los aros de Arteaga y la buena estrategia del vitoriano Ibon Navarro para desbrozar a sus hombres los a veces inescrutables caminos de la canasta rival. De hecho, el comienzo embarullado del choque y la decadencia azulgrana del segundo cuarto ya anunciaban una tarde dificilita de resolver. Tanto que hasta el triple de Fontecchio (78-71) en pleno concurso de misiles aéreos y fuegos cruzados a minuto y medio del final no hubo manera de que la parroquia alavesa inflase por fin de aire renovado su caja torácica.

El equipo de un Spahija de tiempos muertos concisos y pocos diagramas en la pizarra se impulsó al comienzo en la reencarnación de aquel Giedraitis previo al esguince y semejante al del martes contra el Estrella Roja. Diez puntos del alero con mirada de 'huskie' en el primer acto que, unidos a las capturas en el tablero ajeno y el agradecimiento cordial por las pérdidas visitantes amagaba con una jornada tranquila (20-13). Pero de eso, la mitad de la cuarta parte.

Porque este Baskonia que ha recuperado algunos signos de su identidad feroz aún muestra lagunas inestables, como la falta de limpieza en los pases durante momentos de esas desconexiones televisivas que ceden el testigo a la publicidad o cierta relajación atrás que no significa pasotismo indeseable. Tal vez estaciones intermedias hasta el destino final. Porque el grupo se rehízo después con algunas circulaciones notables de la pelota que mandaban al limbo aquellos recuerdos de tanto bote y escasas movilidades sin balón.

Hubo que picar piedra para sumar la quinta victoria en la ACB. Por cierto, complicada de suscribir sin la aleación del indiscutible líder espiritual del grupo (Granger, siete triples como puñales a la moral andorrana y auténtico redentor en fases del vía crucis) y Baldwin. El estadounidense -gran beneficiado del relevo en el banquillo- parece disfrutar de nuevo con sus retos de uno contra otro y esas penetraciones vigorosas que había dejado al sur de Alemania. 49 puntos entre ambos y trece tiros de campo más que el rival por el rebote ofensivo explican la mutación, aún prudente, entre aquel deambular y esta esperanza.

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