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Baskonia-Estrella Roja | Euroliga Jornada 3

El Baskonia recita la tabla del tres

La puntería lejana casi sobrenatural y el afán defensivo tras el descanso mantienen al equipo azulgrana invicto en Europa

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Miércoles, 19 de octubre 2022, 20:08

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Parece mentira que sólo haya transcurrido un año entre aquel Baskonia penitente que purgaba sus tristezas por Europa entre paliza y tunda y este que ilusiona -y de qué manera- a la afición azulgrana. Todo apunta a que esta temporada nos vamos a divertir. De hecho, venimos haciéndolo casi desde la primera pelota al aire a pesar de las taras estructurales que dificultan al conjunto vitoriano competir sin complejos ante los clubes más poderosos del continente. Reconociendo que el grupo no va sobrado por dentro, el modo de explotar las virtudes propias como una traca festiva a cargo de Joan Peñarroya sólo admite palmadas en el hombro.

En poco tiempo ha tejido el técnico catalán una identidad reconocible, una manera de jugar acorde a la configuración de una plantilla montada para correr y tirar. Y dominar desde ese dinamismo los encuentros que le mantienen invicto en Europa después de tres jornadas. Eso sí, dispone además el bloque alavés de un verso libre que altera las citas a su antojo.

Howard no solicita permiso para subir al escenario, sencillamente irrumpe en él. Y cuando entra en ese estado de combustión incandescente no queda otro remedio que entregarle la pelota, dejarle sitio y que resuelva según su peculiar forma de entender el baloncesto. Suspensiones gráciles desde lontananza, el dibujo de látigos al botar el balón muy bajo de una pierna a la otra... Y a disfrutar del espectáculo. Las caras entre atónitas y entusiasmadas que enfocan las cámaras en el graderío resumen una especie de felicidad asombrosa. El escolta con cuerpo de base reivindica cada noche que tan importante como evitar las canastas del rival es meter las propias.

Pero reducir todo el veneno del Baskonia a la figura efervescente de Markus encierra toda una injusticia. Porque este equipo al que se le caen los puntos de las manos también sabe moverse sobre la pista con la sincronía de los ejercicios colectivos. Sin un base como Thompson, fichaje mayúsculo el suyo, cuesta más entender la fluidez de un grupo que busca encestar la bola desde muy lejos y después de moverla para hallar las mejores posiciones de tiro.

De hecho, el cuadro azulgrana recita obedientemente la tabla numérica del tres. Sus triunfos en la Euroliga hasta la fecha y, sobre todo, su manía de multiplicar los marcadores a base de triples. Nada menos que diecinueve frente el Estrella Roja. De nuevo más lanzamientos desde el arco que intentos de dos puntos. Es lo que tiene alinear a pequeños y hasta grandotes con esa facilidad para anotar mejor cuanto más lejos.

El Baskonia enmendó a la vuelta de los vestuarios sus condescendencias defensivas antes del intermedio. Especialmente por cuanto atañe al agujero negro del rebote defensivo y los cráteres en el centro de la zona. Los pívots visitantes Bentil y Mitrovic lograron los diecisiete primeros puntos del conjunto serbio en una muestra de superioridad interior que el equipo azulgrana compensaba por fuera y, también, en otra clase más de la sociedad ilimitada que Thompson ha creado para mayor gloria de Kotsar.

El grupo de Peñarroya pronto enmendó los cincos puntos de desventaja en el descanso. Parecía innegociable apretar atrás y así lo hicieron sus discípulos en la reanudación a base de estorbar pases y tiros y reclamando cierto respeto debajo de los aros. Al menos así se lo hizo saber Costello a los postes visitantes, mucho más incómodos durante un tercer cuarto que albergó la explosión -falta hace- de Hommes.

El 'cuatro' abierto estadounidense, de nula aportación hasta el intermedio, surgió con tres triples durante el tercer cuarto que obraron como prólogo de la mayor artillería posterior. Y es que cuando el Baskonia lanza munición real más les vale a los oponentes esconder la cabeza entre los hombros. Aquí se juega al dispara o revienta. Que se lo pregunten a Howard.

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