Borrar
Baskonia 65-71 Lenovo Tenerife | Liga Endesa Jornada 6: El carácter no oculta las carencias

Ver fotos

Jesús Andrade
Baskonia 65-71 Lenovo Tenerife | Liga Endesa Jornada 6

El carácter no oculta las carencias

El Baskonia se queda sin rematar su manual de supervivencia frente a un rival de excelente circulación de la pelota y letal veneno exterior

Ángel Resa

Domingo, 17 de octubre 2021

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ojo a Txus Vidorreta, uno de los mejores estrategas ofensivos con la pizarra en la mano a quien le 'pone' el hecho de ganar en Vitoria. O esa es la impresión que siempre ha generado durante sus visitas al mausoleo de Betoño. Como bilbaíno de pro debe de entrenar donde quiere. Al menos, en el sitio que desea la directiva del Tenerife, prendada de su carnaval táctico porque cumple la cuarta campaña en la isla con un tercer puesto liguero hace cuatro meses. A Zurbano acudió sin Shermadini –tampoco aquí sabemos cómo marida Peters junto a la remesa nueva–pero con un equipo ya hecho a su imagen, gusto y semejanza.

Baskonia

Granger (2), Giedraitis (17), Fontecchio (9), Costello (8) y Nnoko (4) -cinco inicial-, Baldwin (9), Marinkovic (-), Enoch (8) y Sedekerskis (9).

65

-

71

Lenovo Tenerife

Fitipaldo (15), Sastre (7), Doornekamp (3), Wiltjer (19) y Guerra (2) –cinco inicial-, Gamble (9), Salin (11), Huertas (2), Sergio Rodríguez (-) y Suleijmanovic (3).

  • Parciales 17-21, 21-16 (38-37), 21-12 (59-49), 6-22 (65-71)

  • Árbitros Fernando Calatrava, Rafael Serrano y Andrés Fernández. Sin eliminados.

Ya siente uno dedicar buena parte de la crónica al conjunto rival, pero durante los primeros dieciséis minutos (20-35) no hubo más argumentos que los expuestos por la escuadra canaria. Un baloncesto de altísimo nivel y sencillez aparente a base de una espléndida circulación de la pelota, letal puntería exterior con menciones especiales a Wiltjer y Fitipaldo, el pase de más, la estupenda ocupación de las esquinas y los cortes a canasta. Toda la fluidez que le faltaba a un Baskonia plano, carente de ideas, abusador del bote y sometido.

Hasta que un robo de Baldwin a un palidecido Huertas cortó de raíz la depresión que aquejaba a las deshilvanadas huestes de Dusko Ivanovic. Esa bandeja y un triple posterior de Enoch contribuyeron a adecentar una muy deficiente puesta en escena y permitieron que el Baskonia alcanzase el descanso con una ventaja mínima. Desde luego, la mejor e inesperada noticia en este deporte que vive de los vuelcos emotivos, los parciales disparatados y los electrocardiogramas en funcionamiento.

El Baskonia aprovechó los cuatro minutos previos al descanso y todo el tercer cuarto para empezar la redacción de su particular manual de resistencia, esa obra que se le atribuye al presidente del Gobierno y guarda ejemplares en el vestuario del Fernando Buesa Arena. Para frotarse los ojos el 38-37 cimentado en un 18-2 de puro instinto, impulsos individuales, la categoria del estelar dúo de aleros con pasado berlinés y uno de esos vendavales que suelen llevarse a rivales por el aire.

De pronto, el clínic amarillo titulado 'Cómo hacer fácil el enrevesado ataque de la canasta' se topaba con la perseverancia de un grupo que presume de una fe indesmayable, de un club que luce a gala el eslogan del carácter. Pero también parece una evidencia a gritos que sólo el empeño, la fuerza de voluntad y el espíritu castrense no alcanzan para ocultar las carencias propias del juego. Que al conjunto alavés aún le faltan horas de vuelo para pulir sus acciones ante el aro contrario. Escribir lo opuesto es contar menos que media verdad.

Esa capacidad intrínseca de la que alardea el equipo vitoriano para resolver incluso en las tardes plomizas y dilatar los encuentros hasta caberle el triunfo sellaban la licencia para soñar en la victoria casera. La tropa militar de Dusko se reconoció en un tercer cuarto mediante una defensa que cortó el ahora carísimo fluido eléctrico canario y descubrió algunos esbozos interesantes. Como una conexión entre Baldwin y Sedekerskis, soldado universal que ya exhibe galones en la guerrera, o los cartuchos del rifle lituano de repetición con ojos de huskie. Giedraitis, naturalmente, exprimido por el técnico hasta la pulpa.

Pero conviene insistir en el trecho que aún le queda al Baskonia por recorrer de media cancha hacia adelante. Hay veces, como ésta, en que las sensaciones vienen respaldadas por los datos. Y resulta estremecedor reconocer que con media docena de puntos en todo el último acto (6-22), tras dilapidar en un supino ejercicio de impotencia ofensiva la renta de diez (59-49 después de treinta minutos), es difícil alcanzar el muelle sin que vuelque la barca. Una técnica a Rokas y dos dardos envenenados de Fitipaldo –compatriota de Granger– y Wiltjer premiaron el mejor baloncesto visitante al principio y en el final. En medio, un deseo azulgrana que requiere sustentarse sobre andamios propios del juego. No sólo corajudos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores
Volver al inicio
Actualización disponible

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios