El uno a uno del Baskonia. El mejor, Moneke. ¿Y tú a quién votas?

Su bloque de tiradores ha podido perder algo de veneno exterior, pero a cambio ya ve los frutos de una batería interior mucho más física. Acertó con un quinteto de cancerberos que propulsó a su conjunto antes del descanso y en el tercer cuarto.

Casi la única referencia ofensiva en el arranque, sólo secundado por Sedekerskis. Buena señal que la dependencia de él bajase tanto luego, cuando el equipo carburó desde atrás.

Su participación hasta el intermedio volvía a dejar dudas, pero agradeció la confianza en forma de minutos después. Temeroso en penetración, selló algunas buenas conexiones con los pívots.

De menos a más, como la mayoría de sus compañeros. Renfroe le ganó la partida del ritmo al comienzo, pero mejoró mucho en cuanto el cuadro vitoriano se soltó el corsé.

Buen ingreso en el encuentro y a más, de acuerdo con el equipo. Protagonista en las alas junto a Rogkavopoulos durante la gran fuga alavesa.

El único aliado adelante de Howard en el preocupante arranque de la tarde. Fundamental después como miembro destacado del quinteto defensivo que propulsó al grupo azulgrana.

Papel testimonial el del canterano estonio. Sólo siete minutos en los que erró los dos lanzamientos triples.

No jugó en Lugo y con escasa participación los dos partidos posteriores. Empeño defensivo cuando el rival maquilló la tunda. Falló sus dos tiros de campo.

Noticia agradable que soltase la timidez de los primeros duelos de la campaña. Lució su buena mano en el tiro exterior.

Junto a Howard ya parece el jefe del equipo que se ha ganado a la parroquia. La encarnación del febril espíritu defensivo. Segundo anotador en una producción muy repartida.

Desde luego que el arranque de la temporada poca relación guarda con sus prestaciones del curso anterior. Sin peso en ataque, aunque esforzado por la causa común.

Añora la sociedad ilimitada que tenía con Thompson en el bloqueo y continuación. Ahora se fabrica sus puntos de fuera hacia dentro. Eso sí, siempre fiable.

Su mejor actuación como jugador baskonista de largo. Muy activo atrás como último hombre de la contención azulgrana. Intimidador y poderoso. Rozó el doble-doble.