Hay que ver la cantidad de requiebros que entran en el libro gordo del baloncesto. De ahí que quepa aplicar a este deporte la teoría de la dilatación por la que todo cabe en cuarenta minutos mutantes. Lástima que el convoy en el que viajaba el Baskonia, reducido a un puñado de hombres, descarrilase cuando la montaña rusa iniciaba su descenso
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