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Baskonia - Zalgiris | Euroliga Jornada 33: Un hermoso vendaval azulgrana

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IGOR MARTÍN
Baskonia - Zalgiris | Euroliga Jornada 33

Un hermoso vendaval azulgrana

El triunfo del Bayern sella la eliminación europea de un Baskonia que apabulla al Zalgiris con juego y deseo

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Viernes, 1 de abril 2022, 20:13

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Despedida y cierre por esta temporada en el frente continental. El Baskonia de la vigorosa reacción traducida en cinco victorias de los seis últimos partidos purga su muy deficiente torneo hasta el paréntesis competitivo de febrero. Fueron meses de un grupo irreconocible por escaso gen competitivo -algo extraño en un club tan exigente- y enormes carencias de baloncesto. Pecados mayores por los que renuncia prematuramente a la Euroliga, donde sólo ha ganado tres duelos lejos de Betoño y ha recibido tundas inclementes. Su vida pendía de un hilo, una respiración asistida que este viernes le cortó el Bayern con su triunfo local ante el Estrella Roja. El cuadro alavés necesitaba la derrota bávara y una concatenación de carambolas extravagantes para permanecer de manera agónica en la lucha. Pero hasta aquí ha llegado tras un balance real de 12-20.

Una lástima teniendo en cuenta los últimos compromisos, salvo el lunar ya casi definitivo de Montecarlo. Triunfos meritorios y muy convincentes ante los dos conjuntos turcos, una áspera muesca en Villeurbanne y dos resoluciones sin cuidados paliativos que valgan frente a Alba y Zalgiris. Al menos, exhibiciones de dinamismo y frescura que encarrilan bien al cuadro de Neven Spahija para el único reto ya: la ACB.

Vale que el hermoso vendaval azulgrana de este viernes coincidió con la visita del último de la fila, un equipo lituano que se ha ido dejando jirones por el camino. Un colista que se pasó casi todo el primer tiempo fintando defensas sin ponerse a contener de verdad. Pero no restemos una miga de mérito a la formidable interpretación baskonista hasta el minuto 17 (52-22). Un compendio de eficacia y plasticidad, de colmillo y armonía, de dinamismo y espíritu mosquetero en el que costaba destacar a unos hombres por encima de otros.

Hasta que el cuadro de Kaunas aprovechó los últimos instantes del segundo cuarto para reducirse el rubor de sus mejillas, el Baskonia firmó una de esas obras a las que no encuentra el personal tacha alguna: 20 de 27 tiros de campo anotados antes del descanso, jerarquía reboteadora, ¡veinte! asistencias a una por minuto, varios de sus integrantes propulsados... Una delicia, una forma mucho más allá que decorosa de decir agur a una temporada continental amarga. Un empeño por agradar al público, de gustarse los jugadores por sí mismos y en grupo y de baloncesto caro.

La imagen del Baskonia hasta el intermedio era la de un supermercado repleto de género donde no se veían los huecos lineales que ahora proliferan por el miedo social al desabastecimiento. Defensa notable, ganancia de pescadores en los balones divididos o revueltos, todo un curso de carpintería por la suma de puertas atrás, fluidez, acciones con propósitos claros, movimiento de los hombres sin balón, bloqueos y continuaciones con Granger tomando el mando a distancia, transiciones veloces, artillería cercana y remota... Una maravilla que ojalá hubiese contemplado la afición en aquellos tiempos de penumbra y tristeza.

Muy bien todos los componentes del quinteto, con menciones especiales para ese Costello que tapona, corre la pista y carga el rebote ofensivo como un auténtico pelma. Pero también buenos minutos de Marinkovic, el talento innato de Enoch y la rehabilitación de Sedekerkis, quien necesitaba un encuentro así.

Mucho bueno, que dicen los riberos. Y por si al rival se le ocurría acortar las abultadas diferencias, Costello se adueñó de un tercer acto particular antológico. Ya con todo decidido, el Zalgiris recordó su origen lituano, cuna de tiradores excelsos. Y Lekavicius quiso rebelarse con canastas reivindicadoras del tradicional honor verde que este viernes poco mostró el plantel de Jure Zdovc. El maqullaje final visitante no ocultó ni la enorme superioridad azulgrana ni el hecho, triste e irrebatible, de que el Baskonia desenganchó su vagón europeo en unos meses de dolor y congoja.

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