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Neven Spahija sigue atento el juego con Kurucs, Costello y Fontecchio a su espalda.

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Neven Spahija sigue atento el juego con Kurucs, Costello y Fontecchio a su espalda. rafa gutiérrez
Bayern - Baskonia | Euroliga Jornada 17

Un imperial Baldwin obra el milagro

La formidable actuación del exterior en su regreso a Múnich lidera el muy meritorio triunfo de la reducida tropa azulgrana en la que destaca el soberbio Costello

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Jueves, 23 de diciembre 2021

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Un Baldwin absolutamente desencadenado, ajeno a los grilletes que le contenían el alma, lideró ayer en Múnich el triunfo menos previsto de esta campaña continental tan agria. El exterior estadounidense regresaba a su ciudad de 'origen', la Múnich que le vio triunfar la campaña anterior, y desvalijó la casa paterna sin un ápice de compasión. Al protagonista de esta historia -no el único porque también destacaron otros componentes de la reducidísima tropa azulgrana- se le viene reprochando, y con motivos para ello, un rendimiento poco acorde con las expectativas del verano. Jamás el talento técnico individual que le viene de serie.

Para cuando se sentó a descansar un minuto y pico al poco de empezar el segundo acto (15-30 en el marcador), el cuarto de la saga familiar llevaba 16 puntos de joyería fina y variadas gemas: triples, canastas dobles tras bote 'made in Wade', palmeo ofensivo, penetraciones vigorosas... Todo ello acompañado de una actividad defensiva que propulsó al Baskonia desde el inicio hacia una victoria de tanto mérito como absoluta justicia.

Creo que viene a cuento el verbo 'propulsar' porque el equipo que se enfrentaba al Bayern acudía con lo puesto y gracias. En una cuenta atrás propia de los lanzamientos espaciales, el conjunto era realmente un cuadro que perdía elementos según se adentraba en la atmósfera: sin Alec Peters ni los lituanos, el acta incluía la presencia a última hora de Kurucs y apartaba al viajero Fontecchio también sobre la bocina. Diez que eras nueve, ocho al descontar a Barrera y siete en realidad porque el escolta letón sólo intervino tres minutos.

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De ahí la densidad y el valor añadido del éxito firmado en la segunda visita a Alemania, país donde el Baskonia ha ganado los dos únicos compromisos europeos como visitante. Puede aducir el adversario bávaro que no cuajó su noche más preclara, dsde luego, pero resultaría en todo caso la suma de dos consecuencias. Por un lado, la incapacidad local para endurecer desde el nivel físico un duelo de evidente superioridad numérica ante un ejército tan corto de soldados como el alavés. De otra parte, la seriedad, concentración y todas las virtudes que adornan a los alumnos aplicados en el bando vitoriano.

Cómo andaría de rácana la nómina azul y granate que un soberbio Costello se metió entre pecho y espalda los cuarenta minutos íntegros del enfrentamiento. El 'cuatro y medio' de pasaporte costamarfileño expuso en el escaparate las cualidades que lo identifican como un tipo inteligente, de notable visión del juego y comprometido cuando disfruta de continuidad sobre la cancha. La segunda viga maestra o cooperador imprescindible de Baldwin que explica un triunfo inesperado por la adversidad de las circunstancias.

Matt encarnó el liderazgo de una batería interior, que, por fin, enseñó mucho más que la patita. Durante el torneo continental, el Baskonia ha purgado su debilidad bajo los tableros frente a transatlánticos que disponen de grandotes intimidatorios. Pero la pareja que formó Costello al comienzo con Enoch y la poderosa rehabilitación de Nnoko se unieron para superar claramente a los pívots del cuadro germano bajo los dos aros.

Sorprendió -también influye la buena labor vitoriana atrás- la escasez de recursos de un Bayern con la capacidad para incrementar las revoluciones recurriendo al banquillo del que carecía su rival. Sólo en fases concretas del segundo cuarto mostró el grupo de Andrea Trinchieri la posibilidad real de llevarse el partido: los doce puntos consecutivos de Rivers para tormento de Kurucs y ese especialista (Hunter) en vendimiar lo que cuelga de los tableros a la manera de rebotes ofensivos. Ni siquiera el acercamiento final del ayer superado bloque de Múnich colocó sobre la mesa del debate el meritorio triunfo visitante. El de un puñadito de soldados que se desdobló con el arrojo de un ejército deportivo completo.

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