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Bayern - Baskonia | Euroliga Jornada 18

Derrota azulgrana por incomparecencia

Un Baskonia sin tensión, blando atrás y plano adelante cierra de mala manera la gira alemana

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Martes, 10 de enero 2023

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Pasara lo que ocurriese, los balances de Bayern y Baskonia continuarían mostrando cifras capicúas. Sólo que bullía la esperanza de que tras la noche bávara iba a leerse 6-12 y 12-6. Pero los cuarenta minutos de Múnich depararon la combinación 7-11 y 11-7 por el puro y denso peso de la lógica. Me refiero a lo visto ayer, no a las trayectorias contrarias de ambos equipos hasta la fecha. Un cuadro vitoriano sin chispa ni tensión, blando atrás y muy escasito de argumentos adelante padeció un severo corte de suministro eléctrico. Un apagón general al sur de Alemania.

Que el conjunto azulgrana perdió el duelo por incomparecencia alude a su ausencia en espíritu. Ciero que el plantel vitoriano se presentó en el Audi Dome, calentó antes del duelo y escuchó el himno de la Euroliga bien alineado sobre el parqué. Estuvieron los cuerpos de la expedición alavesa, no el colmillo con el que muerde habitualmente a los adversarios ni el buen baloncesto que viene facturando en una campaña sobresaliente. Pero queda claro que hasta en los boletines académicos más notorios se escriben notas negativas a pie de página. Y de la ayer va rotulada a colores.

Bayern

Winston (16), Weiler-Babb (12), Bonga (5), Rubit (13) y Gillespie (-) -cinco inicial-, Walden (11), Jaramaz (7), Giffey (11), Harris (6), Zipster (-) y Hunter (11).

92

-

79

Baskonia

Thompson (13), Marinkovic (2), Giedraitis (10), Hommes (3) y Enoch (6) -cinco inicial-, Henry (-), Howard (21), Sedekerskis (2), Díez (2), Kotsar (7), Costello (10) y Kurucs (3)

  • Parciales 34-24, 18-20 (52-44), 23-16 (75-60) y 17-19.

El grupo de Joan Peñarroya recordó en Baviera algunas de las malas tardes como viajero que deslucen su excelente curso. No hasta el punto de aquella tan aciaga en Villeurbanne, pero próxima a la caída sin atenuantes en Atenas. La imagen de ese Baskonia de acusado descenso de rendimiento lejos de Betoño con respecto a su enorme fortaleza local, la que revirtió en su memorable gira de la pasión turca. Aquellos triunfos encadenados ante el vigente rey de la Euroliga y el líder invirtieron una tendencia derrotista fuera de Zurbano que Alemania ha devuelto, lamentablemente, al escaparate.

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Ya el compromiso cinco días antes en Berlín había deparado malas sensaciones, pese al coraje alavés desde la defensa del último cuarto que dejó en las manos de Costello la posibilidad de arrancar un triunfo inmerecido durante media hora. Faltaron virtudes al norte del país, pero ni mucho menos todas las que ayer ni se vislumbraron al sur. Porque el bloque vitoriano que vencía al principio por su ataque hermoso y demoledor, al que iba sumando paulatinamente rigor defensivo, ayer se quedó muy corto en los dos lados de la cancha.

Realmente no tuvo opciones de viajar a la capital serbia con un triunfo recién horneado en Múnich. Si acaso el espejismo al comienzo del segundo cuarto (34-33) cuando se alinearon los astros por un instante fugaz. A saber, la anotación compulsiva de Howard (15 puntos en nueve minutos), una mejoría defensiva visitante a nada que se lo propusiera y el estancamiento local en la producción. Y es que parecía imposible mantener el ritmo de los ocho triples bávaros en el primer acto.

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Vale que el Bayern lució una puntería insólita pero, desde luego, muy ayudada por una contención azulgrana en huelga. Laxitud a la hora de asumir las responsabilidades en el uno contra otro, ni un punteo a los tiros megaliberados para al menos salir de forma más decorosa en la foto. 34 puntos del equipo de Andrea Trinchieri en el primer cuarto, un dolor para la vista que en unas cuantas ocasiones ha procurado el Baskonia a los rivales.

Si el cuadro alavés purgó su inexistente defensa durante los diez minutos iniciales, a la vuelta de los vestuarios pagó el peaje de un ataque desconocido. El conjunto que maravilla a Europa entera por su capacidad para generar puntos en cadena se quedó demasiado seco. Muy dependiente del triple, su arma favorita de destrucción masiva, que ayer disparaba tiros por la culata. Y muy pocos argumentos más que algunas canastas salpimentadas, artillería lejana de vez en cuando entre tanto fallo y las pocas carreras iniciales que el Bayern permitió a Giedraitis al comienzo del compromiso.

Un grifo seco

No puede el grupo vitoriano encomendarse cada tarde a Markus, su evangelista de cabecera. Necesita otras aportaciones que el muy buen equipo vitoriano, porque así lo ha demsotrado imponiéndose también en las tardes peores del fenómeno, ya ha mostrado en varias entregas. Verdad también que se trató de una velada deficiente en la que nada sale como se quiere. Una de esas malas tardes que, según el dicho, tiene cualquiera.

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La incontestable derrota en Múnich no debe de enturbiar la selecta campaña alavesa, pero sí advertir al Baskonia -en realidad lo sabe de sobra- que la Euroliga exige disposición plena y piernas cada jornada. Cobra vigencia comentarlo a dos días de este durísimo calendario que llevará al grupo hasta la capital serbia. Próxima estación, la caldera de Belgrado. Ya calientan las llamas.

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