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Sábado, 18 de noviembre 2023, 10:39
El Baskonia sumó anoche su cuarta victoria consecutiva en la Euroliga con una rotación de nueves jugadores, donde se incluía a un Nico Mannion testimonial en su retorno. Superó a un Asvel sobrado de músculo y centímetros sin su principal reboteador, un Tadas Sedekerskis noqueado por la gripe, la misma enfermedad que mantuvo a Vanja Marinkovic bajo prescripción médica por segundo encuentro consecutivo. Prosiguió con su semana victoriosa a pesar de la plaga de bajas tras la exhibición ante el Barcelona con un ejercicio de sudor, fe y, sobre todo, talento, que es el ingrediente que suele decantar los partidos.
De calidad no anda muy sobrado el Asvel, que también se quedó huérfano de su principal depósito de clase ante la baja de última hora de Nando de Colo. Repartido el número de damnificados entre ambos equipos, el Baskonia se apoyó una noche más en las actuaciones estelares de Chima Moneke (19 puntos, 13 rebotes, 6 asistencias y 35 de valoración) y Markus Howard (35 puntos, 8 de 13 en triples y 25 de valoración). El escolta estadouinidense logró su mejor marca anotadora en la Euroliga. Poco importó que Mannion apenas se dejara notar, que Chiozza mantuviera un rendimiento desigual o que Miller-McIntyre cayera en combate cuando faltaban poco menos de cuatro minutos para el cierre y el luminoso mostraba un 79-79.
El Baskonia pudo con todo en el Astroballe. Ayudó esa capacidad que insufla Dusko Ivanovic para agarrarse a un partido en el que su equipo llegó a tener una renta en contra de 16 puntos (39-23, minuto 13), pero también tener como compañero de viaje el acierto triple. Un 44 % de acierto desde el arco está muy bien, pero es que el plantel vitoriano llegó a amasar hasta 16 dianas desde la lejanía; 48 de los 88 puntos anotados. Una barbaridad.
Entre la vistosidad de los registros anotadores emergió la figura guerrera de un Matt Costello que ha vuelto del 'exilio' desde la llegada del técnico montenegrino. El interior de Michigan (16 puntos, 5 rebotes y 20 de valoración) se entregó en el pulso con un Youssopha Fall al que martirizó para cargarlo de faltas y dio la cara con Joffrey Lauvergne. El principal referente interior francés flaqueó en la recta final ante Costello, convertido en un eficaz muro de contención que ayudó a cortar la dinámica al alza de los anfitriones. Su pelea en el rebote fue de la mano con la capacidad para sumar en el juego embarrado. Plantó su figura bajo el aro azulgrana para contener cada intento de acercamiento del Asvel hasta adquirir una talla de gigante.
Tampoco es que los galos jugaran sus bazas en ataque de la manera más adecuada en sus últimas posesiones. Penetraciones sin demasiado criterio, falta de paciencia para encontrar las grietas de la defensa baskonista, pero también el incordio de un Costello que se impuso atrás a base de inteligencia y buen posicionamiento.
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