Borrar
Casademont Zaragoza 97-79 Baskonia

Incomparecencia en la noche eterna

El Baskonia ejerce de Olentzero hasta el descanso con una imagen pésima y desaprovecha la primera bola de partido para acercarse a la Copa de Granada

ÁNGEL RESA | j. a. p. capetillo

Martes, 28 de diciembre 2021

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los tentáculos del coronavirus y sus sistemas de ataque alternativos son alargados y no entienden de rangos. Lo mismo atrapan a componentes de la tropa distribuidos en tantos equipos que a comandantes en jefe, como el caso este martes de Neven Spahija. Se supone que con las manos aplastando su calva como consecuencia de la desesperación ante el compromiso perpetrado por el equipo azulgrana, hundido desde todos los ángulos por un adversario de apuros clasificatorios que le dejó el cuerpo marcado por las huellas destructoras de un tractor. Es lo que tiene no comparecer en alma sobre el parqué durante toda la primera parte de la noche más larga. Una velada que debía de comenzar a las siete y concluyó casi de madrugada por la maldita mancha de aceite que altera los nervios y el calendario.

Casademont Zaragoza

97

-

79

Bitci Baskonia

  • Parciales 1º cuarto 28-15 |2º cuarto 24-11 (52-26) | 3º cuarto 18-24 (70-50) | 4º cuarto 27-29 (97-79)

  • Árbitros Benjamín Jiménez, Martínez Fernández y Báez. Eliminado por doble técnica Costello y por faltas Baldwin.

  • Incidencias Partido disputado en el pabellón Principe Felipe de Zaragoza.

  • El momento clave El choque fue un pesar continuo para el Baskonia, sincapacidad de reacción.

El grupo vitoriano que hasta la reanudación jamás expuso las hechuras de un conjunto desaprovechó en la capital aragonesa la primera oportunidad de acercarse el ingreso en la Copa al alcance de la mano. Y además existen manera distintas de aplazar el primer objetivo de la campaña. Cabe la posibilidad, desde luego, de caer con ademanes dignos, como al regreso del vestuario. Pero también de firmar una capitulación que no hay por dónde agarrarla antes. Exactamente el modo que eligió el cuadro alavés para rendir honores a la escuadra maña con su método tancredista de mirar el atropello sin eludirlo hasta el mismísimo intermedio.

Calificar el fúnebre duelo baskonista durante veinte minutos de muy deficiente suena a condescendencia generosa. 52-26 al descanso significa, con la literalidad del término, doblar el espinazo por la mitad. Una defensa contemplativa que aprovechó el Casademont para anotar en dos cuartos casi lo que habitualmente invierte tres en meter esos mismos puntos. Eso al mirar la parte trasera de la cancha. Porque adelante enseñaba el vacío inmenso de un páramo.

Vuelta a los males endémicos que mantienen a los jugadores con las zapatillas atornilladas al parqué cuando se trata de profanar el aro contrario. Las dos asistencias del primer acto indican mucho más que una cifra paupérrima. Revelan las carencias que el propio Neven Spahija se ha encargado de remarcar como la tara mayor del equipo vitoriano este curso. «Nuestro ataque -ha repetido el técnico croata- es de uno contra cinco». Después del muy meritorio -y convincente- triunfo en Múnich con un ejército tan disminuido por las bajas, cabía aguardar un ejercicio de continuidad. Pero eso sólo apareció tras el descanso, cuando el cuadro azulgrana supo que la vergüenza -o el carácter- es un valor al que nunca se debe renunciar. Incluso con la desgracia ya echada.

Cierto que el conjunto alavés reaccionó a la vuelta de los vestuarios. Ataques rápidos y vigorosos a partir del empeño defensivo frente a un Zaragoza con el vértigo a ganar que atenaza a quienes ven cerca la meta y no acaban de cruzar la pancarta. Las prisas visitantes frente al nerviosismo local cuando el reloj deja de marcar las horas, los minutos y los segundos. La presión adelantada del Baskonia esbozó algún apunte de desenlace surrealista visto todo lo anterior (83-74, minuto 38).

Al conjunto vitoriano le faltó tiempo y le sobraron dos cuartos de sensaciones pésimas. Ejercer de Olentzero en estas fechas no habría de significar tanto regalo en forma de contenciones de papel y esos ataques terrestres (bote) en vez de aéreos (pases) por el inmovilismo 'tipo estatua' que esta noche empapó hasta el descanso a todas las facetas del baloncesto azulgrana, defensa incluida. El deseo en diferido recuperó el estuche de maquillaje, insuficiente para rescatar al holograma de los dos primeros actos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores
Volver al inicio
Actualización disponible

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios