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Steven Enoch pelea por la pelota junto a Elias Valtonen. El estadounidense tuvo poca presencia en el Nou Congost.

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Steven Enoch pelea por la pelota junto a Elias Valtonen. El estadounidense tuvo poca presencia en el Nou Congost. sergio ros de mora
Manresa - Baskonia | Liga ACB Jornada 4

El cielo azulgrana sigue cubierto

El Baskonia purga su debilidad en el rebote defensivo y los problemas adelante con la tercera derrota consecutiva en tan sólo ocho días

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Domingo, 3 de octubre 2021

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A este paso de penitente vamos a tener que buscar las crónicas del Baskonia en la sección meteorológica del periódico. Decididamente, el cielo azulgrana sigue cubierto, sin apenas claros y con la txapela puesta de una nubosidad poco variable hasta la fecha. Al menos por lo que respecta a los ocho últimos días, opuestos al lema dorado de los grandes almacenes de nombre británico. Se trataba de evitar en el Bagés el cierre de una semana aciaga y el equipo vuelve de allá con taza y media de café amargo. Nada menos que tres derrotas consecutivas entre la ACB y el continente, algo poco habitual para un club con el prestigio del vitoriano. Pero lo peor de todo consiste en reconocer que los marcadores llegan como consecuencia de las sensaciones que genera el equipo.

Baxi Manresa

Dani Pérez (7), Thomasson (4), Berzins (1) Maye (8) Sima (13), Francisco (-), Rafa Martínez (1), Dani Garcia (-), Jou (3), Moneke (15), Valtonen (16) y Bako (6)

74

-

67

Baskonia

Granger (8), Marinkovic (11), Giedraitis (15), Sedekerkis (2), Nnoko (10), Kurucs (2), Fontecchio (12), Barrera (-), Costello (7), Sissoko (-) y Enoch (-)

  • PARCIALES. 22-16, 15-17, 18-18 y 19-16.

  • ÁRBITROS. Miguel Ángel Pérez Pérez, Vicente Bultó y David Sánchez Benito. Jayson Granger terminó expulsado por faltas.

  • INCIDENCIAS. Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga Endesa, en el pabellón Nou Congost con 3.000 aficionados.

A la manifiesta inferioridad interior en Badalona le sucedió la cámara de los errores de un primer tiempo de perímetro nulo durante el compromiso inaugural de la Euroliga. Un cero patatero, según el argot con que se nos conoce a los alaveses, hasta el descanso de veinte minutos demoledores. Y lejos de escribir con la táctica ventajista del toro pasado, no parecía Manresa una plaza fácil para enderezar entuertos recientes. Los automatismos que inculca Pedro Martínez ya se vieron la jornada anterior con la paliza catalana al Betis en la cancha de Sevilla.

Vale que la preocupante ausencia de Peters puede influir lo suyo y que la casi orfandad de Granger como base aún resta más pólvora con la que disparar. Pero el catecismo de la iglesia 'duskoniana' repudia la tendencia pecaminosa a las excusas. Y, por lo tanto, no queda otra alternativa que aludir a los grandes males que requieren tamaños remedios. Tiempo hay, por mucho que Ivanovic aparte ese recurso como quien rehúsa un cáliz.

Estará muy bien eso de santificar la defensa por encima de cualquier otra consideración baloncestística, pero algo habrá que hablar del ataque. Digo yo que mientras existan dos canastas conviene atender a ambas, no sólo repetir como un mantra la necesidad –evidente, desde luego– de candar la propia. Dicen que una imagen vale más que mil palabras para desaliento de redactores o que las estadísticas confiesan, al menos, medias verdades. 61 puntos al Joventut, 50 al Olympiacos y 67 en el Nou Congost. En una sala judicial de vistas tal racanería implica sentencias condenatorias sin posibilidad de interponer recursos.

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A fuerza de resumir los males que aquejan al aún falto de engrasar grupo azulgrana surgen ayer dos taras fundamentales: los problemas para cerrar el rebote defensivo que procuraron demasiadas segundas opciones, la falta de caudal adelante y de verticalidad para irrumpir en la zona adversaria, las imprecisiones que se traducen en un alud de pérdidas y la inferioridad interior. Por pura cuestión de talento en el Palau Olimpic de Badalona o ante pívots dinámicos y móviles como los que patrocina la firma comercial Baxi.

El Baskonia, aparte de hilvanar conceptos defensivos aún por resolver, necesita involucrar a más hombres que produzcan en ataque y reviertan sus escuálidos tanteos de los últimos ocho días. Ni siquiera los tres triples, por fin, del escolta Marinkovic o la petición de Fontecchio tras el descanso para interpretar un papel en la obra sirvieron en el viaje a Manresa.

El buen inicio lector de Granger y la labor ejecutora de Giedraitis –agradecimientos a la NBA por no reclutar en verano al mejor activo del conjunto azulgrana– se toparon con los primeros apuntes de sangría en el rebote defensivo, dos triples de Dani Pérez cuando por fin la fundición visitante parecía abrasar al rival y una falta de fluidez que requiere una revisión urgente.

Tanto examen de conciencia como las sucesivas derrotas interiores en las visitas a Cataluña. Ayer, por ejemplo, el Baxi castigó los cambios automáticos que alejaban a Nnoko ocho metros de su aro para aprovechar 'paredes' futbolísticas entre sus entusiastas pívots. En fin, una semana de pasos penitentes y trecho por recorrer antes de recibir el viernes al Milán de sus trajes impolutos y amenazas latentes.

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