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El alero William Howard, en un reciente enfrentamiento. EUROLIGA
Con miedo a los errores

Con miedo a los errores

SALTO INICIAL ·

Aquel Asvel que sorprendió al inicio de la exigente competición recorre su trayecto final con la cabeza gacha, inseguro, mirando hacia atrás temeroso con frecuencia

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Jueves, 10 de marzo 2022, 00:04

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A quienes creen que 'día a día' es uno de esos mantras a los que deberíamos agarrarnos con firmeza les diría también que estaría bien observar las dinámicas anteriores, es decir, de dónde vienes y cómo vienes. Porque no es lo mismo afrontar el siguiente paso habiéndose torcido antes el tobillo y sepas que debes seguir caminando poco después. Duele. Lo mismo si acudes con la soltura de quien lleva el día de cara, que el siguiente paso es como que lo das mucho más firme, más seguro, con la cabeza bien alta, más todo. Día a día, sí; las dinámicas también, y mucho.

Son estas las que atenazan al Asvel Villeurbanne desde hace semanas. Aquel equipo que sorprendió, a mí mucho, al inicio de esta exigente competición recorre hoy el trayecto final de esta Euroliga con la cabeza gacha, inseguro, dudoso, mirando hacia atrás temeroso con más frecuencia de lo normal. Estoy convencido de que desean ver el momento de romper semejante dinámica negativa de una vez por todas. No sé si se lo merecen o no, quiero creer después de casi treinta jornadas que no, pero los resultados están ahí, y duelen especialmente.

El plan del Asvel era sencillo: seguir progresando en su proyecto, con la calma de reforzar el equipo para así crecer el colectivo en su totalidad, y disponer cada vez de mayor calidad en jugadores capaces de ser decisivos y protagonistas. Paso a paso, la idea plantea consolidarse como un proyecto de básquet europeo fiable en la cancha y los despachos. Este último aspecto parece que funciona; lo que está pasando en la cancha no tanto. Y es que en este desarrollo sigue habiendo figuras que sabían que eran determinantes pero no tanto como se quería pensar. Las bajas de jugadores como Okobo en especial, Lighty, Howard o Diot están resultando tan importantes que el equipo pasa por un momento de bloqueo, demasiado presente en sus resultados.

El conjunto compite, está en el partido, juega cada posesión con disciplina y esmero, pero en los momentos donde es necesario que las miradas enfoquen a esos hombres decisivos, como no están, las respuestas son ligeras y los que asumen su rol son bien pocos. Sigue Chris Jones como uno de los bases con mejores prestaciones de esta liga, algún destello puntual de Howard, Knight y Kahudi desde el exterior y un poco de Gist en el interior. Se nota muchísimo la falta de la calidad de Okobo y el saber estar de Lighty, que hace mejorar al resto tanto fuera como dentro de la zona, algo clave cuando se diseñó la plantilla.

Este Asvel se siente más cómodo en un partido físico, con pocas posesiones y lo más cercano posible a los 24 segundos. Es normal dada esa debilidad en la falta de jugadores clave, cuando sobre todo prima el hecho de no cometer errores por encima de explorar soluciones que puedan venir bien en el progreso individual pero quizá no tanto al logro colectivo. TJ Parker, su entrenador, trata de desempolvar ese miedo del cuerpo de sus baloncestistas, reforzando positivamente cada acción, pero en cuanto el partido acumula minutos y el marcador aprieta, aparecen los temores, los agobios y los apuros que no hacen más que mirar el marcador sin pensar en la ejecución en pista.

El Asvel se agarra a la capacidad física de sus jugadores lo más cerca posible de la canasta. Desde Gist, Fall, los jóvenes Antetokounmpo y Wembanyama y sus exteriores Howard y Kahudi, que prefieren el calor del tablero al 'frío' de la línea de tres. Se llama asegurar y no arriesgar. Y dadas las circunstancias, es lo que les queda para competir.

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