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Adams se cuelga del aro en una de las jugadas finales.
Baskonia noquea a Panathinaikos en la prórroga y sueña con Berlín
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Baskonia noquea a Panathinaikos en la prórroga y sueña con Berlín

El Laboral Kutxa, con tres bajas sensibles (Hanga, Shengelia y Causeur), tira de fé tras ceder una prórroga para colocar un 2-0 en la serie (82-78), lo que le habilita tres oportunidades para asegurarse plaza en la Final Four

Olga Jiménez

Viernes, 15 de abril 2016, 18:38

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Un equipo, un colectivo, un sentimiento elevado a lo máximo para lograr lo inimaginable, ganar dos partidos a Panathinaikos, sin Hanga, Causeur ni Shengelia. Con los guerreros preparados para una guerra, para mil batallas. Con un solo objetivo, llegar a Berlín por méritos propios. Este Baskonia ve cerca la quinta Final Four de su historia. Y todos sumaron, y todos a una, sabiendo que cada error penalizaba y que todo esfuerzo tendría su recompensa. Al final, 82-78 tras una prórroga bien gestionada por los locales. Pero hay que reseñar todo el derroche de espíritu durante los 45 minutos. Descomunal el poderío de Tillie en defensa; la sangre fría en los 24 puntos de Adams; el hambre de Bertans; la inteligencia de Bourousis; la buena dirección de James; el esfuerzo de Diop; y los minutos de calidad asumiendo el rol secundario de Blazic, Planinic o Corbacho. Pocos efectivos bien dirigidos y dosificados por Perasovic. El croata está demostrando templanza en el banquillo. Ahora quedan tres balas para hacer diana una sola vez. En el infierno ateniense (martes y jueves) del Oaka o en Vitoria, si se precisa un desempate. El Buesa quizá haya visto ya el último partido continental del Baskonia esta temporada. Cuesta no soñar con que Atenas sea, simplemente, una estación de paso hacia Berlín.

Con la mala noticia de la ausencia de Hanga, el Baskonia afrontaba la segunda batalla de la eliminatoria, sin tres de sus jugadores importantes. Ante la adversidad, unión y fuerza. Los vitorianos entraron al partido con cierta dificultad, sobre todo, en su ataque con balones en la pintura. Dos estilos de juego distintos, los locales con el acierto exterior y el triple como bandera, mientras que los griegos, aprovechando su profundidad de banquillo, buscaron a Raduljica y Kuzmic para sumar de dos en dos. Adams daba equilibrio en la puntuación con dos triples, pero con dificultades para defender el dos para dos con finalización de Kuzmic. Perasovic debía rotar por pura necesidad su corto banquillo, pero cada uno de los gladiadores baskonistas iban dando y sumando para el equipo, buenos minutos de Blazic, también de Corbacho entendiendo la necesidad de defender y rebotear. Los buenos minutos de Tillie en labores defensivas subían el tono físico en la pintura, el duo James y Adams daban réditos a un Baskonia que echaba en falta los puntos de un Bourousis defendido al límite. Panathinaikos lograba la máxima ventaja de ocho puntos (13-21), con Diamantidis mostrando su experiencia y jugando al poste bajo buscando la ventaja sobre Blazic. James daba oxígeno con un triple para cerrar el primer cuarto.

Baskonia cerraba bien el rebote ofensivo, y el 0-5 inicial del segundo cuarto con canasta de Tillie y un triple de Bertans empataba el choque 21-12. Los minutos de Diop cerraron mejor la defensa sobre los juegos interiores lo que provocaba que los griegos buscaran más el tiro exterior, con dos buenas acciones de Feldeine. Con James como director de juego, Baskonia fluía mejor a pesar de que el equipo heleno buscaba la presión sobre el jugador con balón para no dejar pensar. Bourousis entraba definitivamente en acción con su primera canasta en el minuto 17. Cuando la chispa del griego se enciende, el incendio puede llegar. Sirvió como otro empujón a un equipo que iba comiendo terreno a su rival. El griego robaba un balón, y tirándose al suelo facilitaba otro contraataque del equipo. Cuanto más corre Baskonia, más disfruta sin acordarse del cansancio. Los de Perasovic acababan mejor el cuarto para llegar al descanso por delante (38-36)

La ventaja se ampliaba con el mejor inicio de cuarto, un triple de Bertans para ampliar la diferencia a cinco puntos (41-36). El imposible parecía más posible. Los triples seguían lloviendo del lado alavés con Adams y Bourousis como protagonistas para lograr la máxima renta de nueve puntos (47-38, minuto 24). En la escuadra griega solo Diamantidis veía canasta con cinco puntos consecutivos. Su calidad es indiscutible a pesar de sus 37 años. La experiencia es un grado y más en estos partidos a vida o muerte. Bertans seguía lo suyo, buscando su superioridad física sobre el veterano Diamantidis para forzar faltas y sumar desde el tiro libre. Con el motor ya caliente, el compromiso defensivo iba subiendo enteros con Tillie como un titán llegando a todas las ayudas. El choque estaba donde Perasovic quería, con la escuadra griega dependiendo de las genialidades y anotación de Diamantidis, ante un Baskonia dominador del tempo de juego. Sin embargo, un parcial 0-6 volvía a estrechar la diferencia (50-47, minuto 28).

Polémica arbitral

Baskonia sobrevivía del tiro libre, ante la dureza del choque, en ocasiones, perdonada por el trío arbitral. Se llegaba al final del tercer acto con todo por decidir (54-51). Otro triple de Bertans para abrir el último cuarto levantaba al público del Buesa Arena, que sin tiempo para sentarse en su butaca volvía a vibrar tras un mate estratosférico de James. Un parcial de 5-0 obligaba a Djorjevic a pedir un tiempo muerto porque el partido se le iba de las manos (59-51, minuto 31). El parcial se ampliaba porque Baskonia seguía elaborando desde su feroz defensa, para sumar la máxima diferencia de diez puntos (61-51).

Una técnica de Pavlovic reflejaba los nervios y la frustración de los griegos incapaces de superar la roca baskonista. Diamantidis salía al rescate de su equipo con un triple desde la esquina (62-58). La ambición vitoriana seguía marcando el camino, con una comunión equipo-afición como en los mejores tiempos.

Se entraba a los cinco últimos minutos, con el equipo vitoriano fallando tiros abiertos y Panathinaikos buscando el juego interior de Radulijca. Diop se marchaba del partido eliminado por faltas. Un efectivo menos para la épica vitoriana. Bourosis desesperaba a Radulijca que recibía una técnica por fingir. El griego ganando también la guerra psicológica. Y Adams oliendo la sangre asumía el tiro que nadie se atrevía para plantar un triple «marca de la casa» en el momento preciso (68-60, minuto 38). Baskonia decidía jugar inteligente, gastar los segundos en el último minuto y media y en eso el poste griego es el especialista. Una asistencia a Tillie, habilitaba una canasta de oro para el francés (70-63, minuto 39). Dos tiros libres de Kuzmic apretaba a tres la diferencia, 77-67, y entonces llegó la mano ejecutora de Adams, esa que nunca tiembla, para firmar un triple a 27 segundos del final, que podía valer medio partido (73-67). Hynes sumaba un triple desesperado 73-70 y Baskonia cometía un error para darle la bola del empate a los griegos, con 13 segundos para el final. Tocaba defender con todo, con ese corazón que le sobra a este Baskonia. El mago Diamantidis sumaba otro triple rápido que colocaba el empate a falta de ocho segundos para el final (73-73). Una posesión que valía el 2-0 en la eliminatoria, con el sufrimiento máximo y esperado. Se la jugaba Adams pero sin fortuna, para ir a la prórroga. El Baskonia había rozado una victoria que tuvo en su mano desaprovechando seis puntos de ventaja a falta de 21 segundos.

La consigna, buscar a Bourousis. El griego asumía galones con la primera canasta del tiempo extra, tres tiros libres y un robo (78-75). El tiempo corría a favor de los locales. La defensa vitoriana volvía a dar sus réditos, con otro robo para el contraataque de Adams (80-75, minuto 43). El equipo griego no veía canasta, y Willians solo sumaba un tiro libre. El trío arbitral miraba hacia otro lado ante dos faltas sobre Adams y James, y los griegos se ponían a dos puntos a falta de 47 segundos (80-78). Dos tiros libres de Adams a cinco segundos para cerrar el partido colocaba el 82-78 definitivo y el 2-0 en la eliminatoria. Un triunfo épico que enseña ya el camino hacia Berlín.

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