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Con Prigioni, Baskonia recupera la figura del base organizador.
Un veterano con la ilusión del recién llegado
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Un veterano con la ilusión del recién llegado

Quizá sea Prigioni una de esas grandes alegrías que, como aficionados a este deporte y al Baskonia en particular, debamos celebrar

Juanjo Brizuela

Martes, 6 de diciembre 2016, 12:23

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Resultaría ciertamente injusto relacionar la trayectoria de un equipo a las características de un único jugador, porque el baloncesto es uno de los mayores exponentes del deporte de equipo. Lo que hace especial al baloncesto es que es un juego de conexiones entre jugadores y transiciones hacia ambas partes del campo. En ambos principios del juego es donde realmente disfrutamos de este deporte, cuando el pase une al equipo y cuando la unión del pase, del espacio y el ritmo permite lograr algo por lo que todos los equipos entrenan cada día: hacer canasta fácil.

Los americanos, inventores de este deporte, utilizan el nombre de 'pointguard' para definir ese rol y puesto en el campo desde el que se inicia la jugada. Por eso se llama «uno» y por eso es el «punto» de inicio, el botón del 'ON' que enciende el desarrollo de la máxima esencia de este deporte: hacer fácil lo difícil. Y esa tarea no es del todo sencilla porque si tiene una característica básica es la de «ser certero», es decir, lograr que el balón llegue al jugador adecuado en el momento adecuado para lograr el objetivo. Y si no es así, decidir por ti mismo, casi como última opción.

De acuerdo. Pablo Prigioni recoge todas estas virtudes. Quizá sea Prigioni una de esas grandes alegrías que, como aficionados a este deporte y al Baskonia en particular, debamos celebrar.

Porque la llegada de Prigioni al Baskonia es no un aderezo a la plantilla actual, ni siquiera la pieza que podría faltarle al grupo como una alternativa más al estilo del equipo, sino supone algo más: una mezcla entre táctica, experiencia y liderazgo que supera los argumentos anteriores.

Prigioni llegó a Baskonia allá por 2003 en pleno proceso de maduración como jugador. Como los buenos productos, mantiene su esencia pura, talento, carácter competitivo, capacidad de dirección y anotación y un especial olfato para aparecer cuando menos te lo esperas en defensa. En su trayectoria en Vitoria incorporó a su arsenal una especial lectura del juego y del tempo del partido en una generación y un grupo victorioso con compañeros como Calderón, Scola, Nocioni, Splitter, David, Macijauskas, Hansen Fruto de todo ello son los galardones que recibe como mejor base de la Liga, MVP de la Supercopa, 4 Supercopa, la Liga del 2008

Un paso más allá

Prigioni llega a Baskonia en 2016 en una etapa más de su evolución porque tiene ese gen especial de unir su pasión por el juego a los retos personales y profesionales, el de dar siempre un paso más allá y completar su bagaje con otros aspectos del juego y otros desafíos que sacien su hambre competitiva. Quizá su próximo reto no es tanto el de ganar títulos como el de lograr que el grupo en el que se haya inmerso sea capaz de competir por cualquier reto en cualquier competición que juegue. Y eso sólo lo puede hacer una persona, un jugador que se sitúa en el centro de la cancha, ve lo que sucede a su alrededor y decide hacer aquello que más le conviene a su equipo para derrotar al rival. Ése es Prigioni.

Nadie ha puesto en duda su edad porque posiblemente comprenda que este juego se mueve muchas veces en el péndulo entre la capacidad física y atlética y la inteligencia en el campo, y es ahí donde Prigioni se mueve casi en la perfección. Lo importante no es ser el más rápido sino ser rápido cuando hay que serlo. Lo importante no es correr una transición sino que el compañero más adelantado reciba el balón en ventaja. Lo importante no es generarse un tiro sino tener dos opciones de pase cada cual más decisiva en el juego. Lo importante no es sumar rebotes sino cogerlo cuando las miradas están en otro lado. Lo importante no es defender de manera muy agresiva sino hacer que el rival esté más pendiente de su seguridad que no transmitirla al resto de sus compañeros. Ése es Prigioni.

Lo que sí parece evidente es que habrá una diferencia entre un Baskonia sin Prigioni y un Baskonia con Prigioni. De momento una rotación más en un puesto que el propio Baskonia se ha dedicado a romper con la ortodoxia. Se ha redefinido el puesto de base en los últimos años para ahora, volver a tener ese 'pointguard' puro. El pase volverá a convertirse en una de las principales amenazas de este equipo, convirtiéndose en el alimento ideal para nuestros jugadores interiores y las asistencias al triple exterior. La defensa aumentará sus registros entre la agresividad del 1x1 con y sin balón, para además leer y anticipar el siguiente movimiento del rival para recuperar el balón.

Profesor

El ataque potenciará el juego sin balón sin duda, entre los triángulos en el lado débil para poner el balón en la mejor opción de tiro y sobre todo en el 2x2 sobre bloqueo directo con las múltiples opciones de lectura que Prigioni dará. Y el grupo como tal crecerá en eso que le llaman intangibles y que muchas veces ganan un partido sin necesidad de anotar una canasta: carácter, sacrificio, inteligencia y liderazgo. Ahí Prigioni será ese profesor que seguramente sus alumnos jamás olvidarán por todo lo que aportará en el interior del vestuario azulgrana.

Me temo que nadie será capaz de aventurar dónde estará el ocaso de la carrera profesional de Prigioni como jugador pero lo que sí debemos hacer es disfrutar de cada minuto sobre la cancha que pase como director o como conector de las capacidades de este equipo. A buen seguro que todos los equipos rivales de Baskonia, tanto en Liga Endesa como en Euroliga, estarán a partir de ahora más pendientes de este renovado Baskonia con un veterano con hambre de jugador recién llegado al baloncesto profesional.

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