'Be water my friend' ha sido una de esas frases célebres que han situado la publicidad española en primera línea. Lo que aquel anuncio quería significar era la capacidad de adaptación a diferentes terrenos. Adaptarse es una habilidad que no está al alcance de cualquiera porque exige modificar un hábito original a una nueva situación sin perder tu esencia.
El Baskonia afronta de nuevo este último tramo de la temporada como una nueva etapa más de esta continua adaptación que es la competición deportiva y en especial lo que es el propio equipo en sí. Y lo hace además con la baja de tres jugadores importantes en su estructura: la ya conocida de Bargnani más las inoportunas lesiones de Luz y Budinger y la incorporación de un nuevo jugador, Ricky Ledo, al ‘roster’. Si algo tiene de característico esta temporada 2016-17 es precisamente la capacidad de adaptarse a diversas circunstancias, tanto externas como los equipos rivales, y propias con la propia versatilidad de los jugadores y la necesidad de adaptarse a nuevas circunstancias, en forma de bajas, altas y variadas respuestas ante el equipo rival.
Hemos asistido esta temporada a triunfos y derrotas, con muchos puntos anotados y también pocos, con victorias holgadas y derrotas por pocos puntos. Con juego y anotaciones altas y veloces, también con juego estático, situaciones simples y a menudo individuales. Partidos resueltos desde el acierto y partidos donde el músculo ha sido protagonista. Diríamos que el equipo ha sabido en la mayor parte de las ocasiones jugar en función de lo que cada semana le planteaban los rivales. Si no fuera así, ni hubiéramos pasado al ‘play off’ de la Euroliga ni el segundo puesto de la liga regular en la ACB se hubiera logrado. Y aunque pueda parecer algo casi caótico, me atrevo a decir que es una de las virtudes de este equipo.
Desde mi punto de vista, el Gran Canaria es el rival que más se parece al Baskonia tanto en su estructura como en su estilo de juego. El Gran Canaria ha trazado un estilo de juego regular en estos años, sea quien sea el entrenador protagonista de cada ciclo. En esa identidad hay algunas variables que han permanecido inalterables en su filosofía, también con diferentes nombres, que han ido mejorando con el paso de cada temporada. Juego sencillo en ataque, pivotado desde una serie de conceptos básicos muy bien ejecutados: ‘pick & roll’ central y en 45º laterales, 2x2 exterior-poste bajo y juego sobre la devolución del pase, cambio de balón de lado constante, búsqueda del tirador especialmente desde la línea de fondo, penetrar y doblar al tiro abierto, juego entre postes… la transición defensa-ataque aprovechando la amenaza del dribiling de sus bases y en especial los tiros abiertos de sus aleros pequeños y la carrera en transición del cuarto hombre. Una defensa agresiva en muchas ocasiones desde todo el campo, las líneas de pase en anticipación de sus exteriores y uso del cuerpo en el juego interior, primando el control del rebote en ambos lados del campo. Todos reconocemos nombres de hoy del Gran Canaria y de otras temporadas, pero podemos ver en estos conceptos del juego en jugadores y estilos como Oliver y McCalebb en el base, Kuric y Salin en un lado, y Rabaseda y O’Neale al otro en el exterior, Pablo Aguilar y Báez desde el puesto del cuatro y el poderío de Hendrix, Planinic y la promesa Pasecniks, en el de cinco.
Se enfrentan dos equipos que quieren anotar pero que saben que solo será posible siempre y cuando el esfuerzo y el trabajo defensivo esté a la misma altura que su deseo por anotar. Para el Baskonia, el esfuerzo será doble: ser capaz de mantener la lectura del juego en ataque para aprovechar precisamente la versatilidad de sus jugadores y, sobre todo, dominar el ritmo del partido, en especial en defensa y en las transiciones defensa-ataque-defensa. Ahí el Gran Canaria basará gran parte de su juego. El dominio del rebote en ambos lados del campo y desde ahí construir la velocidad del ataque.
Aunque la historia de los enfrentamientos de ambos equipos en esta temporada sea dispar, derrota con pocos puntos y victoria con muchos puntos, lo destacado en este caso es saber cómo se adaptará el Baskonia a esta nueva situación, con dos jugadores menos en la rotación, que aportaban esa labor en la sombra que cobijaba la brillantez del resto. Esa parte oscura y casi invisible es la que se resolverá con el compromiso, el esfuerzo y la adaptación del resto hacia esas tareas tan importantes para la victoria como el hecho de anotar. Adaptarse será de nuevo una necesaria obligación y al mismo tiempo una seña de identidad en este tramo final de la temporada.