Un referente, a veces
Salto inicial ·
El brillo de la plantilla que atesora el vigente campeón de la Euroliga permanece oculto en un juego con más dudas que nuncaPor muy seguro que estés, por mucha confianza que tengas sobre ti mismo, cuando las dudas hacen acto de presencia apartan del camino la seguridad, ... la confianza y hasta tus principios y valores. Son esas dudas inesperadas protagonistas que se convierten en el palo en la rueda de la progresión, que atenazan tanto que hasta te vuelves contradictorio contigo mismo: de aquellas creencias, hoy cualquier forma vale.
Deberíamos entender el éxito como una excepción y hay quien afirma que «el éxito es deformante, relaja, engaña y nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos». No sé si esta frase alude directamente a Ergin Ataman, entrenador del Anadolu Efes, porque sería quizá demasiado simple fijar la responsabilidad sobre una única persona.
Pero vista la evolución esta temporada, el deslumbrante brillo de su equipo en temporadas anteriores por juego y resultados está oculto en el transcurrir por esta Euroliga. Un plantel que en este primer tercio de competición no está entre los puestos de 'play off', cuando todo parecía indicar que debería seguir siendo así. No lo está ni por juego ni por sus resultados. El Anadolu Efes se maneja como un cuadro vulnerable, irregular y más dudoso que nunca.
Uno revisa la plantilla que comanda Ataman y abre los ojos de admiración por una serie de nombres que formarán parte de los recuerdos de esta etapa reciente de la Euroliga: Larkin, Micic, Simon, Singleton, Beaubois, Bryant, Pleiss… Sus cuatro últimos años han sido de un nivel extraordinario, triunfante y hasta envidiado por su estilo, talento y ambición.
Esta temporada, con los mismos nombres, el rendimiento no es el conocido, tampoco el esperado, y mucho menos semejante sensación de vulnerabilidad. ¿Es un equipo tan maduro que empieza a ser caduco? ¿Falta la ambición de otros años? ¿O será la autocomplacencia? ¿O quizá necesita refrescarse de otros mimbres para seguir esa trayectoria?
El Anadolu Efes se maneja como un plantel vulnerable e irregular
Si nos atenemos al juego, que es lo que ocupa a este Salto Inicial, hay una palabra que nos ayuda a entender a este Anadolu Efes: desequilibrio exterior-interior. Aunque mantienen sus extraordinarios jugadores en la línea de perímetro, es dentro de la zona donde muestra su mayor debilidad. Entre la salida de Salin al Barça, el fichaje del joven Petrusev y el 'castigo' a Singleton y Anderson, al equipo le falta esa coralidad que hizo gala en otras temporadas. Puede parecer contradictorio que para que el exterior brille sea necesario tener solidez interior, pero debo indicarle que el reparto de roles en el campo hace que lo que se genera en una parte del campo incida siempre en lo que necesita la otra parte.
Falta el físico, la generación de espacios liberados y la 'pausa' en el poste para alimentar a las estrellas del equipo. No se es tan rápido, ni amenazante, por lo que cuesta mucho que el juego sea fluido, rápido, intuitivo y sobre todo eficaz de cara al aro. Justo lo que definía al Efes.
Tanto es así que Ataman en vez de aportar soluciones en este sentido ha decidido que solo su quinteto estelar Larkin-Micic-Beaubois-Moerman-Pleiss sea quien marque la diferencia en el juego… hasta que comienzan las rotaciones. Es ahí donde el Anadolu comienza a hacer agua, precisamente por las dudas del equipo, la falta de equilibrio y el escaso compromiso global en el trabajo defensivo: flojo balance defensivo, lentitud en las ayudas y débil rebote. No obstante, en momentos surge ese feroz brillo de aquel Anadolu Efes que marcó tendencias. Hoy no tanto.
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